Las ventanas son un elemento fundamental en cualquier hogar. Proporcionan luz natural, ventilación, protegen del frío y del calor, aíslan del ruido exterior y son un elemento de decoración importante y definitorio dentro de cualquier estancia. Por todo esto, y por el ahorro energético que te proporcionan unas ventanas bien elegidas, es importante tener ciertos factores en cuenta a la hora de tomar la decisión de instalar un modelo u otro.
Las ventanas contribuyen con el ahorro energético en tu hogar
Las ventanas son uno de los elementos que más influyen en el aislamiento térmico y acústico de un hogar. Un aislamiento insuficiente o de baja calidad se refleja en un aumento de la factura del consumo energético de electricidad, gas, gasoil… Por lo que, a pesar de ser una inversión económica significativa, la renovación de las ventanas de un hogar mejorarán la calidad de vida de toda la familia, la sensación de confort y contribuirán a reducir el ahorro energético.
Ahora bien, ¿Sabes qué tipos de ventanas existen y cuales son mejores para tu hogar? Antes de cambiar tus ventanas es importante conocer una serie de características tales como el material del perfil vas a escoger, el tipo de apertura que quieres, así como los tipos de cristales. De la combinación de estos 3 elementos depende la eficiencia energética en tu hogar. Vamos a verlo al detalle.
¿Qué tipos de ventanas elegir?
A la hora de adquirir una ventana, es importante tener en cuenta varios aspectos de los que dependerá su eficiencia. Antes de realizar la compra debes tener en cuenta diferentes factores como el uso que se hace de esa estancia en concreto, el espacio disponible, sus medidas o la exposición del piso o la casa a la radiación solar, al frío o al ruido son claves antes de decidir el material, el tipo de apertura y de cristal que tendrán nuestras ventanas.
Diferentes tipos de ventanas según sus características
1. Tipos de ventanas según el perfil
El material del perfil es el marco instalado en la pared y la hoja que soporta el vidrio de la ventana. El tipo de material de ese elemento definirá en gran medida su eficiencia y grado de aislamiento térmico y acústico. Los encontramos principalmente de 4 tipos:
Ventanas con perfil de aluminio
El aluminio es un material muy resistente y con gran durabilidad, pero no es el que mayor eficiencia energética ofrece. No obstante, las ventanas de aluminio son las que más posibilidades decorativas y de personalización tienen ya que se producen en una amplia gama de colores y texturas. También permiten tener una perfilería más fina que las de PVC, que suelen ser más gruesas.
Ventanas con perfil de aluminio con RPT
Ventanas con perfil de madera
Las ventanas de madera son una de las opciones de perfilería más costosas pero éstas, al estar compuestas de un material no conductor, se convierten en un buen aislante térmico y acústico. Eso sí, la madera requiere un mantenimiento más frecuente que el del resto, como el de pintar con barnices protectores y otros tratamientos periódicos un mínimo de una vez al año.
¿Qué es la rotura de puente térmico?
Los perfiles de aluminio con rotura de puente térmico mejoran el aislamiento del material ya que entre la parte interior y exterior incluyen un material aislante, normalmente resina o poliamida, que evita la transmisión de frío y calor. Es decir, este sistema permite que la parte externa de la ventana no entre nunca en contacto directo con la interna. A pesar de su eficiencia, esto no le permite alcanzar el nivel de aislamiento térmico con el que cuenta el PVC.
Perfil PVC
El PVC es el material más usado, ya que es el más económico y el que mejor comportamiento de cara al ahorro energético y confort tiene. Al contrario que el aluminio o la madera, tiene un mantenimiento muy sencillo y no amarillea, además de ser 100% reciclable. La instalación de este tipo de ventanas puede llegar a proporcionar un ahorro de hasta el 50% respecto al aluminio y un 15% respecto a la madera.
2. Tipos de ventanas según la apertura
El tipo de apertura de la ventana también es un factor importante a la hora de optimizar la energía consumida en casa. Como norma general, las ventanas con cierre batiente son más herméticas y, por tanto, más aislantes que las correderas. Pero, en la decisión, también habrá que tener en cuenta otro factor importante: el espacio disponible en la habitación. Estos son 5 tipos de aperturas de ventanas más comunes que podemos encontrar:
Ventanas fijas
Las ventanas fijas son poco comunes. Son ventanas sin ningún tipo de apertura que se suelen encontrar en habitaciones climatizadas o en aquellas en las que, a nivel decorativo, se busca aprovechar las vistas o la luz sin necesidad de ventilación. Existen ventanas para tejados que son fijas, pero que sí permiten su ventilación.
Ventanas correderas
En este tipo de apertura las hojas de la ventana se deslizan de forma horizontal. Las ventanas correderas son la opción perfecta para habitaciones pequeñas o para zonas limitadas por columnas, esquinas, estanterías y otros muebles ya que no ocupan ningún espacio adicional al abrirse. Como inconvenientes encontramos un ángulo de apertura más limitado, que el cierre no es hermético por lo que la capacidad aislante es menor y que hay que retirar las hojas del marco para limpiar totalmente los cristales, o bien hacerlo desde el exterior si se tiene la posibilidad de hacerlo con seguridad.
Ventanas practicables o abatibles
Las ventanas practicables o abatibles son unas de las más comunes. En este caso, la apertura se hace de forma lateral de una o de las dos hojas de la ventana. Son las que mayor aislamiento térmico y acústico ofrecen, ya que permiten un cierre hermético. Además, tiene un ángulo de apertura total, por lo que permite una ventilación eficiente y la posibilidad de limpiar los cristales desde dentro de la casa. Como inconveniente encontramos que, al abrirse, restan espacio a la habitación, por lo que su instalación requiere no tener ningún obstáculo dentro que limite su apertura.
Ventanas oscilobatientes
Sistema versátil que permite una apertura combinada tanto lateral como inclinada hacia el interior. De esta forma, las ventanas oscilobatientes permite ventilar la estancia sin necesidad de abrir totalmente la hoja. Proporciona un buen aislamiento térmico y acústico.
Ventanas batientes con golpete
Las ventanas con golpete son especialmente recomendadas para baños y garajes, este tipo de ventanas dispone de un sistema de apertura inclinada hacia el interior. Ofrece un buen cierre hermético respecto al exterior, pero no es posible asomarse por ellas.
3. Tipos de ventanas según el cristal
Es el elemento que mayor superficie ocupa de ventana, por lo que su elección afectará de forma directa en la eficiencia y rendimiento energético de la misma. Se pueden clasificar en dos grandes grupos: acristalamiento simple o acristalamiento doble. Este último, compuesto por dos o más hojas de cristal separadas por una cámara de aire deshidratado o gas, ofrece un mayor aislamiento térmico y acústico que los simples. No obstante, no solo influye el número de capas, sino también el grosor de las mismas y el espacio que hay entre ellos. Como norma general, cuanto más espesor tenga el cristal y mayor sea la separación entre ellos, mayor aislamiento y eficiencia energética ofrecerán.
En base a esta clasificación, encontramos los siguientes tipos de cristales:
Vidrio sencillo o monolítico
El vidrio monolítico está formado por una única hoja. Son cristales que ofrecen pocas propiedades aislantes, por lo que no se recomienda su instalación en ventanas de viviendas.
Vidrio con cámara o doble acristalamiento
Vidrio formado por dos cristales monolíticos separados por una cámara intermedia de aire deshidratado sellada herméticamente que sirve para aumentar el aislamiento térmico de la ventana. Esa cámara de aire reduce la transferencia de calor y frío entre el exterior y el interior de la vivienda.
Vidrio control solar
El vidrio de control solar es un cristal doble térmicamente reforzado al que se le añade una fina capa transparente en una de sus láminas que absorbe la cantidad de calor solar que pasa del exterior al interior a través del vidrio. Es muy recomendable para zonas muy calurosas ya que evita el calentamiento en ventanas donde se produce una radiación directa del sol, disminuyendo el efecto invernadero. Ideales para evitar el sobrecalentamiento de la vivienda y minimizar los gastos de aire acondicionado. El vidrio de control solar es incoloro y deja pasar el máximo de luz del día.
Vidrio templado
El vidrio templado está formado por dos o más hojas unidas entre sí, pero sin que haya una cámara de aire entre los dos cristales. Se trata de vidrios laminados que se utilizan para instalaciones especiales en las que es posible un impacto como, por ejemplo, escaparates de tiendas o puertas de terrazas. Es, por tanto, principalmente un vidrio de seguridad. Los tratamientos a los que se someten, le confieren una mayor resistencia y la peculiaridad de que, en caso de impacto, se rompería en trozos pequeños reduciendo la posibilidad de causar daños a los usuarios que estuviesen cerca.
Vidrio bajo emisivo
Se trata de vidrios sobre los que se ha depositado una fina capa de óxidos metálicos de baja emisividad, proporcionando al vidrio una capacidad de aislamiento térmico reforzado. Es recomendable para zonas muy frías ya que son los vidrios ideales para reducir las pérdidas de calor desde el interior del edificio. Además, es un material energéticamente eficiente y de alta calidad que proporciona un gran aislamiento térmico y todo ello sin disminuir la cantidad de luz que deja entrar en la estancia.
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