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Tener jardín en casa es un lujo. Ya sea grande, mediano o pequeño, disponer de un trocito de naturaleza al alcance de tu mano aporta un plus a tu hogar que merece la pena cuidar. Para que puedas hacerlo, te traemos unos consejos básicos que te ayudarán a cuidar y mantener el césped sano, verde, bonito… y todo lo bueno.
Césped, verde que te quiero verde
El césped es un terreno vivo y, como tal, necesita unos cuidados específicos y un mantenimiento periódico para poder estar en buen estado y que se vea bonito y cuidado. Es por ello que en este post te vamos a enseñar las claves fundamentales para que tu césped crezca y se mantenga fuerte y sano.
Claves para el cuidado y mantenimiento de tu césped
1. El riego
El agua es fundamental para la supervivencia de cualquier hierba o planta, y el césped no es una excepción. El riego permite que el césped crezca y se mantenga en el mejor estado posible. Para hacerlo correctamente, hay que tener en cuenta aspectos como la frecuencia, la hora del día apropiada para el riego, el volumen de agua, el modo de regar, el tiempo que lleve sembrado el césped, etc.
¿Cuál es la mejor hora para regar el césped?
El mejor momento para regar suele ser al amanecer o al atardecer, es decir, las horas en las que el sol tiene menor incidencia sobre el césped. No obstante, y si hay que elegir, es mejor al amanecer ya que si regamos durante el atardecer, el suelo se queda húmedo durante las horas más frescas y puede favorecer la aparición de hongos o bacterias. Nunca se debe regar el césped en las horas de mayor calor, especialmente en primavera y verano, ya que el agua se evaporará y perderá su efecto sobre el césped. Además, así se evitará también que se queme por el sol.
¿Manguera o sistemas de riego automáticos?
En cuanto a los modos de regar, existe el método tradicional mediante manguera u otros métodos automatizados como los aspersores o el riego subterráneo. Este último presenta importantes ventajas de ahorro de agua respecto al resto, al eliminar las pérdidas por evaporación o filtración. Consiste en la instalación de una tubería con goteros integrados y diseñados específicamente para funcionar enterrados bajo el césped.
¿Cada cuánto hay que regar el césped?
La frecuencia adecuada de riego dependerá mucho del tipo de césped y de las condiciones climatológicas a las que esté sometido. Para acertar, se debe prestar atención al estado de los brotes y de la tierra e ir modificando la frecuencia de forma que se mantenga húmeda, pero no encharcada, y los brotes frescos. Por norma general, la frecuencia y la cantidad dependerá del tipo de terreno. Aquellos suelos que son más filtrantes y arenosos requieren riegos con mayor frecuencia y cantidad que los suelos pesados con un nivel bajo o situados en zonas situadas en sombra. Sobre todo es importante regar una vez al día en los primeros meses de su instalación (el periodo de nascencia) y más adelante, cada dos días, aunque depende de la estación ya que en verano se recomienda regar de forma más habitual que en invierno, que dependiendo de las condiciones climatológicos no será necesario regar. Y si aún así se tienen dudas, se debe regar entre 15 o 30 minutos y después clavar una pala inclinada hacia adelante, si la arena se encuentra húmeda o mojada a una profundidad de entre 5-10 cm e es que se ha regado durante el suficiente tiempo.
2. El corte
Cortar o segar el césped es otra de las tareas imprescindibles que implica su cuidado. Un corte apropiado y regular del césped evitará la aparición de malas hierbas y permitirá que el césped se mantenga sano y con vitalidad.
- La medida de corte adecuada variará en función del tipo de césped, pero la recomendación general es la de que no se debe cortar nunca más de una tercera parte de la hoja, manteniéndose siempre alrededor de los 5 cm. Un césped alto es más resistente ante las plagas y los climas extremos de frío o calor.
- La frecuencia de corte adecuada es, aproximadamente, una vez al mes en invierno; una vez a la semana en verano; y dos o tres veces al mes en primavera y otoño.
- Dispones de diferentes herramientas como el cortacésped o cortabordes que te ayudarán a dejar el césped perfecto todo el año.
3. La fertilización
El césped natural tiene necesidades nutritivas para su desarrollo y mantenimiento que no tiene el césped artificial. Para poder llevar a cabo un buen proceso de fertilización o aportación de nutrientes, es necesario que conozcas cuáles son las necesidades concretas de tu césped y las propiedades de tu suelo, de forma que puedas aplicarle el programa de fertilización más adecuado.
- Una correcta fertilización estimula el crecimiento del césped y fortalece sus raíces. Además, ayuda a disminuir el crecimiento de malas hierbas y lo hace más resistente a daños como el pisoteo, las enfermedades, las plagas de insectos o los hongos. Existen de tipo sólido o granulado y de tipo líquido.
- El método más habitual de fertilización se hace manualmente pero, si el jardín es muy grande, se puede recurrir a herramientas fertilizadoras, para que se disuelva y penetre en la tierra sin dañar los brotes.
- Es necesario regar el césped de forma abundante tras aplicar el fertilizante, para que se disuelva y penetre en la tierra sin dañar los brotes.
- No hay que abusar del uso de fertilizantes. Un uso excesivo o una aplicación incorrecta puede llevarnos a conseguir los efectos contrarios a los deseados.