Para muchas personas no es frecuente pensar en la limpieza de su placa de cocina de manera recurrente, pero en realidad es bastante fácil mantenerla en buenas condiciones y, por supuesto, muy beneficioso. Sólo necesitas tener los materiales adecuados y dedicarle un poco de tiempo periódicamente. Si has llegado a este post para saber cómo limpiar tu vitrocerámica con éxito, estás en el lugar adecuado.
Con los consejos para el hogar que siempre damos en Brico Depôt, podrás realizar un uso correcto de todos los elementos que componen tu cocina. Su conservación en buen estado es fundamental para que puedan realizar sus funciones como es debido. Sigue leyendo para conocer cómo hacer este proceso paso a paso.
Cómo limpiar tu vitrocerámica paso a paso
Parece lógico, pero no viene mal recordar previamente que lo primero que debes tener en cuenta es que la vitrocerámica esté fría. Los materiales también deben ser los óptimos si no quieres rayar la superficie, por lo que los estropajos metálicos quedan totalmente prohibidos. Dicho esto, podemos pasar a ver cómo limpiar tu vitrocerámica:
Materiales
- Agua tibia
- Jabón líquido no abrasivo
- Una esponja
- Una rasqueta
- Un paño húmedo
- Papel de cocina
- Un producto limpiador indicado para vitrocerámicas
Paso a paso
El primer paso es muy sencillo y, quizás, el más intuitivo de todos. Realiza una limpieza preliminar utilizando agua tibia y jabón líquido por toda la superficie de la placa para acabar con los principales restos de suciedad que pueda haber. Para esparcirlo correctamente, haz uso de la esponja.
Cuando la superficie esté correctamente enjabonada, haz uso de la rasqueta poniéndola en un ángulo aproximado de 30 grados para así eliminar cualquier resto de suciedad que haya podido quedar pegado en la placa. Ten cuidado a la hora de usarla, ya que de lo contrario puedes acabar rayando la vitrocerámica.
Cuando no haya restos de suciedad tras el uso de estos productos, puedes pasar a limpiar el jabón con el paño húmedo, aunque también puedes hacer uso de papel de cocina y el resultado será prácticamente el mismo.
El último paso también es muy sencillo: comprueba que la placa esté totalmente limpia y seca, y aplica el producto limpiador para vitrocerámicas por toda su superficie. Frótalo con delicadeza con la ayuda de la esponja, deja que haga su efecto durante 5 minutos y después retíralo con el paño húmedo o el papel de cocina.
¡Y listo! Ya sabes cómo limpiar tu vitrocerámica de manera muy sencilla y con productos que seguro que tienes por casa o, en el peor de los casos, no te costará conseguir en tu supermercado más cercano. Verás que ha quedado mucho más brillante, ofreciendo un aspecto totalmente renovado, y ya estará lista para que la sigas usando.
¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar la vitrocerámica a fondo?
Desde Brico Depôt te recomendamos adquirir la costumbre de fregar tu placa a diario para evitar la acumulación continua de suciedad y que ésta se pueda quedar pegada, ya que después supondría un esfuerzo extra limpiarla por completo.
Ahora bien, ¿con qué frecuencia hay que aplicar nuestros consejos sobre “cómo limpiar tu vitrocerámica”? Lo ideal es hacerlo una vez al mes aproximadamente, el tiempo suficiente como para poder detectar pequeños arañazos o rayones. Si ves que necesitas hacerlo con mayor frecuencia, los 15 días también son un periodo que te recomendamos, pero eso dependerá del cuidado que tengas a diario.
¿Cómo limpiar una vitrocerámica a diario?
Como bien hemos dicho, también es indispensable saber cómo limpiar tu vitrocerámica a diario para evitar que se acumulen restos de aceite o comida que después resulten complicados de eliminar.
El proceso es muy básico y consiste en dejarla impoluta después de cada uso utilizando un paño humedecido con detergente líquido caliente, incluso si la suciedad es imperceptible a simple vista. A continuación, tan solo tendrás que secarla con otro paño o bayeta que sean suaves.
Otra buena idea es darle una pasada con agua tibia y un producto lavaplatos de los que habitualmente tenemos en casa para que la grasa no se pegue. Todo el trabajo previo que hagas te ayudará a que tu placa pueda seguir funcionando como debe.
¿Qué es lo mejor para limpiar la vitrocerámica?
Los productos que te hemos recomendado son los mejores para saber cómo limpiar tu vitrocerámica. No obstante, en ocasiones verás y escucharás a gente decir que el vinagre también es un buen limpiador o que usan la pasta de dientes como abrillantador. Esto es cierto, pero no dan tan buenos resultados como los productos limpiadores para vitrocerámicas.
Ten en cuenta que cada material se fabrica para un fin en específico y contiene unas propiedades únicas. Utilizar productos sustitutivos puede dar una apariencia similar a la que buscas, pero a largo plazo no vas a lograr el objetivo principal.
En definitiva, es mejor que uses un producto apto antes que la propia pasta de dientes si tienes la opción. Pero lo que sí puedes hacer con el vinagre es mezclarlo con el agua tibia en los pasos preliminares, ya que es un excelente desinfectante de superficies. Eso sí, recuerda que tiene un olor bastante fuerte, y no queremos que la cocina acabe impregnada con ese intenso aroma.
¿Cómo evitar rayar la vitrocerámica?
Debemos hacer especial hincapié en esta cuestión, porque cuando estás aprendiendo cómo limpiar tu vitrocerámica puedes cometer errores básicos que acaben afectando al aspecto de la placa. En este sentido, hay dos materiales con los que debes tener mucho cuidado para evitar rayar la superficie.
En primer lugar tenemos la esponja, que debe ser suave y delicada. El uso de estropajos resulta contraproducente, ya que su fibra de poliéster tiene un acabado áspero que dañaría la placa al frotarla por encima.
Y en segundo lugar tenemos que mencionar la rasqueta, que contiene una hoja o filo metálico que también tiende a rayar la vitrocerámica en caso de no tener cuidado. Una vez más, insistimos en que la uses con un ángulo aproximado de 30 grados y así te asegurarás de no causar ninguna marca o rasguño.
Ventajas de limpiar tu vitrocerámica
El principal objetivo de saber cómo limpiar tu vitrocerámica de manera efectiva, tanto a diario como con este método más incisivo que te hemos enseñado en Brico Depôt, es muy sencillo: alargar la vida útil de la placa. Una superficie en la que se acumulan restos de aceite o alimentos siempre va a contribuir al deterioro de esta, por lo que va a llegar un momento en el que verás que el aparato no te habrá durado tanto como esperabas.
Y no es algo que tan solo afecte a su funcionamiento, que es lo más importante, sino también a su estética. Una vitrocerámica mal cuidada irá perdiendo progresivamente su brillo con el paso de los meses y los años, hasta el punto de poder tener una apariencia mate y de aspecto antiguo.
Cómo limpiar una vitrocerámica quemada
Es bastante habitual usar más unos fuegos de la vitrocerámica que otros, creando así una descompensación. Tan solo por mera costumbre, muchas veces tendemos a hacerlo por comodidad, pero debes saber que esto puede generar cercos que son complicados de quitar incluso con estos consejos y trucos que te hemos dado hasta ahora sobre cómo limpiar tu vitrocerámica.
Hay una recomendación casera muy efectiva para limpiar una vitrocerámica quemada, y consiste en mezclar un par de cucharadas pequeñas de bicarbonato de sodio con 100 mL de agua tibia para fabricar una especie de pasta que es muy poco abrasiva y muy habitual para neutralizar malos olores y limpiar la casa.
Tan solo tendrás que extenderla por la superficie quemada y dejarla actuar durante unos 5 minutos para que pueda hacer su efecto, algo que no conseguirás con el jabón líquido. Pruébalo y recomiéndaselo a aquellos amigos y familiares que también tengan su placa quemada y dañada por cercos.
Trucos: cómo limpiar la vitrocerámica con productos caseros
A pesar de que ya te hemos indicado que los productos caseros no son los más recomendables a la hora de aprender cómo limpiar tu vitrocerámica, hay algunos que son bastante útiles y que se utilizan en muchos hogares del mundo cuando no se tiene el material necesario a mano. Para salir de un apuro siempre vienen bien.
Si te ha gustado la recomendación del bicarbonato de sodio y el vinagre, estas te resultarán mucho más sencillas de aplicar.
Zumo de limón
El zumo de limón tiene una gran facilidad para eliminar las manchas de cal que se pueden llegar a formar en las placas. Es tan sencillo como cortar el limón por la mitad y frotarlo con suavidad sobre la vitrocerámica para empaparla correctamente. Después, tan solo tendrás que limpiarla con una bayeta limpia humedecida en agua y secarla con un trapo de cocina.
Levadura de hornear
La levadura química es una gran ayuda si quieres saber cómo limpiar tu vitrocerámica para quitar los restos incrustados más complicados. El método consiste en mezclarlo con agua para crear una masa de textura cremosa.
Aplícala por esas zonas en las que haya un exceso de suciedad, déjala actuar durante 1 hora y ya podrás quitarla usando un paño húmedo y secarlo. Te recomendamos este método también para acabar con las incrustaciones más complicadas del menaje de cocina, ya que a veces en las ollas quedan muchos alimentos pegados que son difíciles de sacar.
Limpiacristales
Realmente, no hay demasiada diferencia entre cómo limpiar tu vitrocerámica y los cristales de la casa, porque tienen propiedades similares, así que es un producto que también te puede sacar de un apuro para acabar con los rastros de suciedad más remarcables.
Hielo
Por último, te presentamos la opción del hielo. Antes de nada: no te preocupes, no vas a dañar ni picar la placa. Tan solo tienes que frotar un cubito de manera suave sobre la grasa que más te cueste quitar, ya que es un material perfecto para deshacerla. Después, coge la rasqueta y termina de sacarla ahora que estará mucho más blanda.
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Esperamos que este post sobre cómo limpiar tu vitrocerámica te haya sido útil y que puedas aplicar todos nuestros consejos en tu nuevo dispositivo para prolongar su periodo ideal de utilidad. Y si quieres leer más consejos que puedes aplicar en tu día a día en casa, pásate por nuestro Brico Blog para encontrar aquello que más necesites ahora mismo.
¡Nos vemos en el próximo Brico Post!